creo que no escucho demasiado a mi cuerpo


I
creo que no escucho demasiado a mi cuerpo
por ejemplo tengo un historial importante
de andar en culo en lugares

en culo en pez dorado en una clase de danza
en culo durmiendo la siesta en la casa de la nona gilda
en culo por doce de octubre
caminando con la pollera levantada
hasta que una vieja en el rapipago me la tira para abajo
y hace ¡ssshhh! y me guiña un ojo
luego de recorridas 11 de las 12 cuadras
que separan la universidad de mi casa

no escucho demasiado mi cuerpo
puedo tomarme un fernet entero sola
y no entender por qué estoy descompuesta al día siguiente
miles de olores me hacen vomitar
y no se por qué
puedo levantar 40 grados de fiebre
y pretender aguantarla
rascarme los brazos hasta hacerlos sangrar
golpear la cabeza contra la pared
y partirme las uñas contra mis uñas
tener cinco microataques de llanto al día
y hacer
como si no hubieran pasado
pretender
que está todo bien

no escucho demasiado a mi cuerpo
con el corazón partido al medio
les dije “si, tomemos mate los tres.
de una. me caen re bien”
les saqué una foto juntes
que claro que no me gustó,
pero la colgaron en internet

le puse me encanta después



II

creo que no soy realmente sincera con mi cuerpo
creo que quiero amar a un hombre

creo que quiero amar a un hombre porque quiero caminar con alguien de noche y no tener miedo a que me violen

creo que quiero amar a un hombre para decirle por teléfono a mi nona tere antes de que se muera que por fin tuve ese novio del que tanto pregunta

creo que quiero amar a un hombre para que me abrace alguien más grande que yo y así sentirme menos gorda

creo que quiero amar a un hombre para sentirme identificada con las propagandas de coca cola

creo que quiero amar a un hombre porque me gusta la sensación de una pija adentro mío

creo que quiero amar a un hombre porque ciertas cosas me gustan con violencia

creo que quiero amar a un hombre para que mis hermanas me acepten

creo que quiero amar a un hombre porque no quiero estar toda la vida ocultando mis parejas y pasar por “la solterona” de la familia

creo que quiero amar a un hombre porque me sale más fácil, y me desespera la necesidad de intimidad

creo que quiero amar a un hombre porque no tengo más ganas de luchar, no quiero luchar un solo día más en mi vida

pero lo cierto es que no escucho demasiado a mi cuerpo
y si lo escuchara bien diría
que creo que no puedo amar a un hombre

o a nadie en particular

III

yo no escucho a mi cuerpo
y mi cuerpo
supura
todo lo que le está pasando

tengo poderosamente desarrollada
la vergüenza ajena
una vez una amiga leyó unos poemas horrendos en una mesa
y sacaron mil fotos de mi cara
deseando en ese momento caerme muerta


mi cuerpo escupe y se ufana
el nono tito me contaba que tenía una amiga
que se llamaba valeria, como yo
que siempre que jugaban a la escondida era muy fácil de encontrar
porque tenía un moño negro grande, muy grande en su cabeza
porque su mamá se había muerto en un bombardeo
“sos parecida a valeria” me decía
asomando detrás de los escombros de una Roma rota
con su moño palpitante y delator

y si, no
claro que sí
pero por supuesto
si a mí cualquiera me puede localizar jeteando en un radio de veinte cuadras
yo soy igual a esa valeria que jugaba con vos en Italia
inocente 
e ignorante por completo del concepto de discreción 

también mi nona gilda contaba
que era la encargada de hacer los fideos para los nueve hermanos y
en general 
se desmayaba del hambre antes de servirlos
y franco, isabel, maría, todos comían por encima de su cuerpo desnutrido

si yo hubiera sido la nona gilda
probablemente tampoco hubiera escuchado mi estómago rugir de esa manera
pero estoy segura, segurísima de que a mí
si me hubieran visto
probablemente me hubieran usado de mesa

cargo ese dolor conmigo
como estandarte negro
 flameo mi bandera
pero sigo ignorando mi cuerpo
tan visible para los otros 
lleno por completo de ausencia
lleno por completo de sus huecos

el nono tito dejó una silla vacía en la que no me puedo sentar cuando viajo a Berazategui
un primer hueco
el hambre dejó su vacío en la casa de la nona Gilda
un segundo hueco
el rocky dejó unas baldosas gastadas en el patio de la nona tere
el nono domingo dejó miles de  historias incompletas sobre su vida como prisionero
(y una lección de vida
“mejor fumar que mentir”) 
papá cuando se fue de casa dejó cinco libros de autoayuda
mamá nos dejó echas trizas en las esquinas de la casa
y ariel dejó a mi hermana llena de bebé y vacía de amor
maira se mudó muy lejos y me quitó un brazo de amiga
un tercer, cuarto, quinto, sexto hueco

quedando solo un ruido blanco
catatónico casi
abandonado 
y barras de colores en mi cuerpo
con todos estos hoyos
que se me insertan en el pecho
y entre el trabajo, las 78 cursadas
los dos voluntariados
la danza, el yoga, el evento de fin de año
el viaje a mar del plata y la mesa de poesía
creo que lo que estoy haciendo
en realidad
es apagarme por completo

pero no sabría decirlo muy bien
es algo primitivo 
es algo de familia 
yo no escucho demasiado a mi cuerpo.

Comentarios

Entradas populares