vos conocés bien la historia de esa chica que es tan difícil de querer

la encontraste como una lobita herida
agazapada en el bosque, estiraste la mano
y te mostró todos los dientes;
corriste, llena de miedo. no viste
que no tenía colmillos.

la conocés ella quiso
tomar algo que ya estaba bien hecho y mejorarlo,
y así lo destruyó por completo.

la escuchaste su voz es siempre la más fuerte
en todos lados, en todas las aulas en todos los pasillos
e igual le da vergüenza superarte en algo,

es la que va caminando por la calle y se encuentra
con el último que la hizo sentir - cosas
y por cinco, seis, siete cuadras
se pregunta si habrá ganado la tenencia de su hija
le desea que esté bien que tenga todo lo que siempre soñó
pero ni siquiera recuerda bien
cómo se llama:

es la misma de siempre
no sabe cómo endulzarte los oídos con palabras de amor pero
está diseñada para que vos te sientas bien.

la conocés, es tu hermana
la que es tu sangre pero nunca la entendiste
dijiste que era buena pero medio quedada
dijiste que la muerte del abuelo no le había importado nada
no la viste
lloraba con la cara apretada en el sillón

ella es la que se enamoró de vos por un instante
le destruiste el autoestima por completo
y ella te siguió diciendo “amigo”, simplemente
porque no la dejaste atrás;

siempre pensó que alguien que se quedara
sería un verdadero privilegio. no importaban
las consecuencias.

vos la odiás, escribiste sobre ella
diciendo que rompía a sus amigas para escribir poemas.
nunca la miraste realmente. no sabés lo que carga cuando encuentra
su cara en el espejo cada mañana, tras mañana, tras mañana;
en verdad, vos no la conocés.

vos casi que te enamoraste de ella. vos la quisiste muchísimo:
ella no te entendió y te gritó
y pateó todas las macetas de tu casa

le diste un beso debajo de la mesa:
pero ella ya casi que no piensa en eso.

vos estuviste dentro de ella la tomaste
parte por parte y construiste un altar para vos mismo,
la dejaste tirada en la calle y ella dijo “gracias”

mejor dicho

la violaste
y ella te puso en un poema
como si fueras una caricia.

ella se sintió segura
y te contó sobre la oscuridad entonces
la dejaste sola;

también quisiste darle la mano
y te escupió en la cara.

la recordás, ella es la viva imagen de su padre:
heredó violencia. heredó ese poder de destrucción
cada día se pelea contra eso, siempre
sale lastimada.

quisieras mandarle un mensaje pero sentís
que nunca te va a responder. ella siempre
está esperando ese mensaje.

ellas piensan que va a tener un futuro brillante
pero ella ya no piensa que exista nada
más allá de la puerta de su cuarto;

tiene su propio altar en su cabeza y sus dioses,
por los que se arrodilla cada noche, antes de dormir
son los que abrieron el tajo
y metieron los dedos en su carne
para que el dolor sea insoportable.

y ella pidió más.

la ubicás, es contradictoria, daría su alma
por ser invisible
pero que igual la vean.

tenés una idea de quién es
una muy buena idea de hecho
la viste bailando con la cara en el espejo
pensaste “por qué me amo tanto y me odio al mismo tiempo”
prendió fuego una foto de una nena con dos colitas y un pulóver naranja
vomitó vidrió en el living de tu casa
te miró directo a la cara y te dijo
“no sos tan mala,
como pensás”
la conocés
te repitió
“no sos tan mala,
como te dijeron”
sabías que estaba en lo cierto
querías que estuviera en lo cierto,
pero no le pudiste creer.

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